Barcelona-Kiel 29-24 (Barcelona, 29.04.2000)
En esta ocasión contamos con la colaboración de Antonio Carlos Ortega, un jugador malagueño que inició su andadura balonmanística en el legendario Colegio Maristas de esa ciudad andaluza, de donde han salido tantos y tantos jugadores de balonmano. "Orteguita", como así le llamaba Feliciano García Recio, alma máter de aquella familia de balonmano, dió el salto al Puleva Maristas, debutando en la máxima categoría del balonmano español en la temporada 1990/91.
Cuatro años más tarde, en la temporada 1994/95, fichó por el F.C. Barcelona donde consiguió un envidiable palmarés de títulos. Entre ellos se encuentra la Copa de Europa de la campaña 1999/2000. Una competición que, por lo que trasluce sus palabras, guarda en un lugar privilegiado entre sus recuerdos; en su escrito nos desvela el porqué.
En la actualidad es el entrenador del Veszprem húngaro, donde está realizando un extraordinario trabajo, obtenido como premio unas excelentes campañas, llenas de éxitos deportivos. También nos ha prometido su aportación desde su faceta de técnico; pero eso, será otra historia.
Carlos,
te agradezco sinceramente el detalle que has tenido conmigo y con este blog, aportando en él las vivencias de aquel inolvidable día. Muchas gracias. @PartHistBM
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Antonio Carlos Ortega |
En las otras cuatros finales de Liga de Campeones nos habíamos enfrentado al Elgorriaga Bidasoa en la temporada 1995/1996, y tres veces consecutivas al Badel Zagreb 1996/1997, 1997/1998 y 1998/1999; equipo que en años anteriores había dominado en Europa, pero que en ninguno de los múltiples enfrentamientos que tuvimos durante esas temporadas, fue capaz de ganarnos.
En el partido de ida recuerdo que sufrimos mucho, nos tenían muy estudiados, fuimos siempre por detrás en el marcador y al final volvimos a Barcelona con un resultado adverso, 28-25 que pudo ser peor para nuestros intereses. Acabé el partido con una fuerte contractura en los isquiotibiales y no pude entrenar con mis compañeros hasta la víspera del partido de vuelta.
El Palau Blaugrana por aquellas fechas, y no exagero, en las grandes citas se nos quedaba pequeño, recuerdo como si fuera ayer, llegar al pabellón a la hora que nos citaba Valero y encontrar los aledaños del Palau totalmente lleno de aficionados alentándonos.
El partido en sí fue durísimo, el Kiel tenía jugadores con grandísima calidad y experiencia para soportar la "Magía del Palau", y no fue hasta entrado el último minuto que el partido se decantó hacia nuestro lado. Recuerdo como si fuera ayer un balón que Urdangarín intentó pasar a Schwarzer que se encontraba en la posición de pivote, la pelota no le llegó, la tocó Wolfgang Schwenke, jugador del equipo rival que me la dejó perfecta para palmearla y hacer el 28-24, el Kiel jugó la última posesión con portero/jugador, para intentar forzar el penalty, finalmente realizaron un lanzamiento rápido de Perunicic que lo blocó Andrei Xepkin, permitiendo a Enric Masip marca el definitivo 29-24... Lo que vino después fue pura fiesta.
Este es mi pequeño relato de aquellos tiempos, más concretamente esa Final, que aún hoy en día, narrándolo no puedo evitar emocionarme y esbozar una enorme sonrisa.
Antonio Carlos Ortega
@Sutuni20
Gracias. ¡Grande Antonio Carlos Ortega!
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