sábado, 1 de febrero de 2014

Mi partido histórico: por Juan de Dios Román (Entrenador)

Semifinal del Campeonato de Europa España-1996
España-Yugoslavia 27-23 (Ciudad Real, 30.05.1996)
y
3º/4º Puesto de los Juegos Olímpicos Atlanta-1996
España-Francia 27-25 (Atlanta, 04.08.1996)

Hoy contamos con la colaboración de Juan de Dios Román, todo un personaje del balonmano español que no necesita presentación; fuertemente ligado a él desde los principios de los años 70, decir su nombre es referirse obligatoriamente a nuestro deporte. Bajo su dirección técnica la Selección Española consiguió dar ese salto de calidad que puso al balonmano español en la élite mundial. Tres medallas (dos platas y un bronce) en Campeonatos de Europa y dos bronces en los Juegos Olímpicos, en el periodo 1996/2000, son sus credenciales y el botín que lo demuestra.

Como no podía ser de otra manera; Juan, muchas gracias por tu colaboración, contar con ella es todo un lujo para este blog. @PartHistBM

Juan de Dios Román
No ha sido difícil la elección a pesar del largo recorrido de partidos vividos, directa o indirectamente después de tantos años de disfrutar de este maravilloso deporte. En periodo tan amplio he sentido emociones infinitas en muchos encuentros, de gratos recuerdos personales por un lado y de extraordinario nivel técnico por otro, que sugeriría una mayor dificultad para una elección tan exigente. En este caso ha prevalecido en la decisión, no uno sino los dos partidos que desde mi óptica, al margen de sus valores técnicos, tácticos y alto contenido emocional, situaron definitivamente al balonmano español entre los mejores a nivel de selección.

He manifestado mi admiración al camino recorrido durante años para alcanzar la consideración que goza el balonmano español en el escenario internacional. Desde la clasificación para los JJOO de Munich 72 (primera edición olímpica del balonmano moderno), el título de Campeones del Mundo B en 1979 que otorgara plaza para Moscu 80, y, a partir de entonces, la serie de “quintos puestos” conseguidos a lo largo del trayecto que nos hiciera salir de la tabla de secundarios, disfruté partidos extraordinarios con el común denominador de mejorar cada día ante rivales por entonces inalcanzables. Largo periodo en el que la selección acariciaba el éxito sin acabar de obtenerlo a pesar de méritos indudables.

Es en 1996 cuando, ¡por fin! los vientos no fueron adversos, se abrieron las puertas del tan ansiado éxito y, en corto espacio de tiempo, se consiguieron las dos primeras medallas en competiciones exigentes, de enorme impacto y relevante trascendencia. El encuentro España/Yugoslavia del Campeonato de Europa de 1996, fue en mi opinión, el partido más intenso e importante para el balonmano español hasta la final de Túnez 2005. Se jugaba, no solo asegurar la primera medalla en un Campeonato de Europa sino, al tiempo, el acceso a los JJOO de Atlanta. La selección caminaba con incertidumbre, después de Barcelona 92 y el Mundial de 1995, con dudas alrededor de su potencial. El campeonato de Europa en España se planteaba igualmente como una ocasión que no podía desaprovecharse.

Los aficionados de Ciudad Real, y toda España por TVE, asistieron a un partido apoteósico; ambiente, alta temperatura, intensidad, defensa extraordinaria, ritmo altísimo y frialdad en el juego posicional. Un partido perfecto de todo el equipo a nivel colectivo en el que debe remarcarse la sensacional actuación del capitán Fort en portería, la impecable aportación defensiva de Etxaburu, la inagotable entrega de Esquer, la lección de Talant en su más amplia versión de lanzamientos rectificados, la potencia de un Garralda espléndido, la frialdad de Urdiales en los lanzamientos de 7 metros, la seriedad de Olalla, la inteligencia de Raul en los momentos puntuales. Demetrio, Fernández Oceja, Guijosa, Juancho, Jordi Nuñez, Fernando Hernández, Hombrados completaban el equipo ausentes los lesionados Masip y Urdangarín. Las estrellas yugoslavas quedaron difuminadas en la batalla.

El acceso a Atlanta, amainó la tensión, tranquilizó al equipo aumentando la confianza necesaria; el trayecto deportivo en los JJOO culminó con el partido por la Medalla de Bronce contra Francia y la victoria conseguida situó al balonmano español por primera vez en el podium olímpico con lo que ello suponía para el futuro. Es mi segundo partido elegido como histórico por su indudable trascendencia. El año 96 aceleró la progresión a nivel de selección  ampliándose posteriormente con los éxitos en Campeonatos de Europa (1998, 2000 y 2006), Campeonatos del Mundo (2005, 2011 y 2013) y JJOO (2000 y 2008).

No resultó nada fácil la victoria frente a los franceses; afrontábamos el partido con dos derrotas en los recientes choques entre ambos (fases previas del europeo y los juegos) con los pronósticos favorables a la selección que dirigía Daniel Constantini; en el partido clave se rompió la tendencia. Sin la brillantez del partido del europeo este encuentro tuvo la enorme virtud de superar la irregularidad de una parte y las incidencias negativas que aparecieron en el mismo. Con la rigurosa descalificación de Urdangarin el equipo quedó ausente de zurdos en primera línea y fue el entonces joven Demetrio Lozano, con su diestra y potencial, el jugador revitalizador y necesario al final del partido. El mismo grupo del europeo, muy cohesionado redobló sus esfuerzos, aportó carácter  y calidad consiguiendo para el balonmano el primer éxito olímpico. “De golpe y porrazo dos medallas en tres meses a la bucheta” que dijera el castizo. 

Junto a los jugadores y a quien escribe estas líneas colaboraron en el éxito con pasión y entrega extraordinaria  Juan Hernández y Juan Antón como técnicos, Cecilio Alonso como delegado, Carlos Ruiz y Pedro Mora en la responsabilidad médica y el inolvidable Domingo Bárcenas como Presidente.

Espero que lo disfruten.

Juan de Dios Román Seco


PARTIDO COMPLETO

1 comentario:

  1. En este partido estuve yo. Tuve la suerte de ver a estas estrellas del momento en lo que fue mi primer gran acercamiento al balonmano de élite.
    Recuerdo, después del partido, que nos movimos por la zona donde estaba el cuerpo técnico y los jugadores en busca de autógrafos, claro!
    Y un joven Hombrados, me contestaba a: "Hombrados, tendría que ser la final aquí en vez de en Sevilla" Él contestó: "veniros todos a Sevilla". Esa tarde, el Puerta de Santa María vibró con España.
    Sevilla, en aquella final ante Rusia, no. Estoy convencido de que esta final en Ciudad Real, la hubiéramos ganado. Por empuje y afición.

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